“Con instituciones débiles no podemos tener un país fuerte”

domingo, 13 de diciembre de 2009

El gobernador está satisfecho con lo realizado en la primera parte de la gestión e hizo hincapié en educación y salud. “Nunca pactamos nada”, afirmó acerca de la relación con el kirchnerismo. Sin la reforma fiscal, adelantó que “será un tiempo de vacas raquíticas”.
La entrevista está pactada a las 16 y a la hora exacta, Hermes Binner sube las escaleras de Casa de Gobierno. Una corta reunión con los ministros de Justicia y Derechos Humanos, Héctor Superti, y de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, y después el diálogo -tranquilo, pausado- que apenas se altera con el clic del reportero gráfico o los avisos telefónicos al vocero, Ricardo Attala, que espera saber si podrán volar hasta Las Toscas para la asunción del intendente. Este viernes, la gestión del Frente Progresista cumple su segundo año, es decir la mitad del mandato, a mitad del río “pero nadando con mucho entusiasmo”, como le gusta decir al gobernador. —Mira hacia adelante y hacia atrás, y ¿cómo es el balance? —Miramos el programa y el balance de los dos años. El lunes vamos a presentar los cuadernillos de cada una de las cinco regiones y las cien medidas más importantes tomadas en la gestión sobre el mapa de la provincia. Al hacerlo nos hemos sorprendido gratamente. En todas las áreas, hay acciones concretas, muy saludables, para el cambio que pregonamos en la provincia. Es una sucesión de fotos. Ya lo vieron los hermanos Lumière, el ojo humano no podía distinguir entre foto y foto con el cual se terminaba haciendo una película. Estamos muy, pero muy contentos, a pesar de tener bajísimos presupuestos, de las dificultades que todos conocemos y que no son ajenas a lo que pasa en el resto del país. Vino el ex ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, y nos dijo que sobrecumplimos con las obligaciones que tenía que llevar adelante Santa Fe; hace pocos días el nuevo ministro, Alberto Sileoni, reiteró que Santa Fe sobrecumplió lo propuesto. En el 2008, invertimos 638 millones de pesos más en educación; este año, 1.012 millones más con lo cual la inversión es del 35,7 % del presupuesto. No sé si hay otra provincia argentina en esta cifra. Esto nos entusiasma. También lo podemos decir en materia de salud. Tenemos 80 centros de salud programados, todos ubicados, 52 están en funcionamiento y/o inaugurados. Pusimos en marcha hospitales de alta complejidad que van a reemplazar a viejos como el caso del Iturraspe; el Centro de Especialidades Médicas de Santa Fe que se va a licitar. Será un espacio importantísimo porque el lugar no atenderá directamente al público, sino derivaciones de los barrios. La ubicación, en 27 de Febrero y Salta, no es casual porque necesita un lugar que tenga accesibilidad para los ómnibus y ese lugar pasan casi todas las líneas de la ciudad. Estamos contentos. —Pero ¿cree que la gente lo percibe así? —Sí, porque lo seguimos permanentemente con encuestas de gestión y vemos dónde están los principales necesidades de la gente y cubriendo vemos cómo la gente lo objetiva. No es casual que salud, cultura y educación estén al tope de las preferencias de la gente. Seguridad y concentración económica —A la gente le preocupa la inseguridad y usted dijo que es una sensación... —Dije que hay inseguridad y hay sensación de inseguridad. La inseguridad parte de hechos que uno vive en carne propia, por su familia, vecinos, y la sensación de inseguridad la dan determinados medios nacionales que pasan 500 veces por día un delito importante. Esto genera en la sociedad una mayor inseguridad. Divido las dos cosas, porque son diferentes. Si se observa el comportamiento del delito en la provincia de Santa Fe, es una situación delictiva diferente en el interior de lo que pasa en Santa Fe y en Rosario; también son diferentes el sur y el norte. En Venado Tuerto, hay mucha vinculación con el delito que viene desde provincia de Buenos Aires. Allí, hay que hacer algún acuerdo con la policía de Buenos Aires. Santa Fe y Rosario tienen perfiles delictivos diferentes y en los barrios también hay perfiles diferentes. Esto no quiere decir que no se puede hacer nada. Al contrario, conocer la realidad del delito es la base fundamental para la toma de decisiones. Estamos trabajando en el equipamiento permanente de las fuerzas de seguridad, en las instrucciones que se dan a partir de los nuevos conocimientos en la materia. Estamos en el buen camino. Todo depende del tiempo. No se puede corregir una situación delictiva sin tiempo, ya que se generó con el tiempo. En ese tiempo, fueron jóvenes que no estudiaban, no trabajaban, que no tenían familia, sin inserción social.Por eso la necesidad de actuar hoy, decimos que la educación es un elemento fundamental para la prevención y el delito, porque la oportunidad hay que dárselas hoy, para que dentro de diez años no estén sumándose a esa situación. Se necesita presupuesto, gente técnica y especializada y una atención especial hacia la sociedad excluida. En el país, tenemos una historia de concentración económica y de concentración social que es compleja. Las economías regionales se han desguazado, la tecnología ha desplazado a la mano de obra del campo a la ciudad y la gente que migró de zonas rurales, de provincias vecinas, migra con habilidades que no se necesitan en la ciudad. Ésta es parte de la historia de la cual hoy tenemos las consecuencias. Cambiar esa situación lleva tiempo pero partimos de un hecho importante que es el conocimiento de la realidad, de acciones que se están llevando adelante y que tienen resultados —¿Usted cree que el gobierno nacional trabaja para revertir esta situación? —Hay que hacer políticas antineoliberales y esto significa reactivar ferrocarriles, dar vida a los pueblos, dar trabajo, no generar planes para que vivan. Un plan puede ser un hecho transitorio, uno debe generar un direccionamiento hacia la actividad regional que permita una mejor distribución de la población en el territorio. Hay provincias que están bajamente pobladas. Santa Cruz, la segunda provincia en tamaño, tiene menos habitantes que un minimunicipio de Rosario. Hay una política territorial que saca cero y va a marzo. —Menciona el ferrocarril y nada se hace. —Si no hay política tampoco se va a poder recuperar el ferrocarril. La política ferroviaria en un país como la Argentina es una política que abarata costos y que es importantísima para el desarrollo económico. Lo que cuesta traer un camión con cereal desde Cañada de Gómez a los puertos del sur es igual que llevarlo desde el puerto de Rosario a Hamburgo por barco. Estamos usando la tecnología más cara para transportar una mercadería que bien podría ser llevada en un sistema más económico. Esta política no serviría adoptarla en forma aislada, sino que tiene que ser política de Estado. —Pero de esto, no se habla. —No hay un proyecto de Nación de cara al Bicentenario que contemple los aspectos energéticos, medioambientales. La mayor tecnología de los últimos años para la producción energética es quemar hidrocarburos con lo cual es un hecho de baja eficiencia y de alta contaminación del medio ambiente. Esto es parte de un proyecto de Nación que nos tiene preocupados porque de cara al bicentenario no tenemos un proyecto concreto y sí lo tuvimos hace cien años. De lo que habla la dirigencia —Usted es un dirigente nacional, fue intendente, legislador, ahora es gobernador, esto no se habla entre dirigentes. —En general, en la dirigencia, hay una diatriba hacia el otro pero no una construcción. “Si va fulano, yo no voy”; “yo quiero ser candidato y lo invito a ser mi vice”. Estamos discutiendo quién es el capitán del barco y no tenemos barco. El barco significa tener un proyecto de dónde quiere el país. Si tenemos un encadenamiento productivo a partir de la producción primaria, la industrial y la comercial, tenemos una expectativa. Esto se va dando espontáneamente, por prueba y error y no por una construcción donde lo económico, lo público y lo privado tengan que estar trabajando juntos. No hay política común. La baja institucionalidad es uno de los problemas del país, con instituciones débiles no podemos tener un país fuerte. La institucionalidad lo da lo público y lo da lo privado, tenemos que tener reglas claras para saber dónde va el país. —¿Cómo define la relación con el gobierno nacional en estos dos años? —Siempre nos han enviado la coparticipación automática. Nunca nos han dado más que algunas obras financiadas por el Banco Mundial que necesitan el apoyo de la Nación. En general, el compromiso que tiene la Nación con la Caja de Jubilaciones al no ser transferida, no es respetado, y sí se lo respetan a Schiaretti. —Mucho se especula con el acercamiento del Partido Socialista al gobierno nacional. —Es que nosotros nunca pactamos nada. Nosotros votamos siempre lo que nos parece correcto. El otro día fue una tenida muy grande donde el socialismo planteó desde un primero momento que el justicialismo, en este caso el kirchnerismo, eligiese el presidente de la Cámara. Había votos para que no sea, pero nosotros rompíamos con una tradición parlamentaria de aceptar que la mayoría sea quien debe elegir el presidente de la Cámara de Diputados. Hemos apoyado muchos proyectos y hemos estado en contra de otros y jamás hemos pedido nada por ellas. Es muy injusto cuando se dice “seguramente van a recibir algo por haber votado”. —En la reciente discusión del presupuesto nacional, hubo críticas de su partido y el kirchnerismo salió a informar que había un importante aumento de la inversión en obra pública para Santa Fe. —Hasta ahora nos sabemos nada. Ojalá que sea así. Ojalá que hagan el puente Santa Fe-Santo Tomé como compensación por la Ruta 19; ojalá que haya fondos para trasladar el puerto de Santa Fe al cauce del río. Estamos siempre abiertos, no es que tengamos una cuestión principista como tuvo el intendente de Armstrong (por Fischer acerca del fondo sojero). Santa Fe es una provincia riquísima, con potencialidad extraordinaria, ¿cómo puede ser que el 70 % de su ingreso dependa de la coparticipación nacional y sólo el 30 % producto propio? Debería ser absolutamente al revés. Cambiar todo esto no va a ser sencillo, pero hay que ser conscientes de que estamos en mora con la Constitución de 1994 en materia de coparticipación. —¿Avizora un 2010 difícil si no sale la reforma tributaria tal cómo la enviaron a la Legislatura? —Va a ser un tiempo vacas raquíticas, creo que la provincia no se lo merece. —¿Es imposible alcanzar un acuerdo con el justicialismo en materia tributaria? —Siempre estamos dispuestos, si no hay actitud del otro es difícil dialogar solo, con lo cual termina siendo un monólogo.